Sobre nosotros (amigos del té)

(Anteriormente a ser amigos del té en Tetere…) Siendo Guangxu penúltimo emperador de la dinastía Qing, y gobernando a la sombra de su tía la emperatriz regente Cixi (llamada también “gobernante detrás de la cortina” ya que era desde allí desde donde decía al emperador lo que había que hacer), los bisabuelos de Jing Jing regentaban un negocio de medicina tradicional en Beijing. Ellos se encargaban de preparar los medicamentos y venderlos.

La dinastía Qing, de origen Manchú, gobernó en China desde el S.XVII hasta el último emperador, Puyi, en 1912. Durante más de 500 años, la residencia del emperador, el “Hijo del Cielo”, fue el Palacio Imperial de Beijing. Conocido también como la Ciudad Prohibida porque nadie sin autorización podía entrar en aquel recinto de 720.000 m2 y más de 9.000 habitaciones. Sólo los cortesanos podían tener audiencia con el emperador.

Orígen de la família…

amigos del té
Bao Gui Jun

Bao GuiJun, abuela de Jing Jing, era la más joven de los cuatro hijos de los empresarios del negocio de medicina tradicional. Recuerda todavía que sus padres, sí tenían acceso al Palacio Imperial. Cada año, con un pase especial, acudían a la Ciudad Prohibida para cobrar el salario que les otorgaba el emperador. Recibían unas monedas de superficie curvada que recordaban la forma de los sombreros de los eruditos chinos. Entrar en el recinto del Emperador era signo de distinción. Como lo fue recibir el derecho a usar el símbolo del dragón amarillo sobre fondo azul. El color amarillo significaba proximidad con el Hijo del Cielo. Es posible que el dragón os sea familiar ya que es el que Tetere usa como símbolo de su empresa.

Pero mucho antes de que los bisabuelos de Jing Jing regentaran su negocio de medicina tradicional, la gente en China bebía té (…amigos del té). Durante muchos siglos el té se consideró una bebida medicinal, utilizada, entre otras cosas, para combatir el envenenamiento. Una leyenda en China cuenta que el origen del té data del 2.700 a.C, cuando el emperador Shen-Nung, quien identificó centenares de plantas medicinales y venenosas probándolas el mismo, la descubrió por casualidad. Una tarde, después de uno de sus experimentos, Shen-Nung cayó envenenado y hubiera muerto si no hubiese estado porque justo en aquel momento una hoja de té entró en su bol. Cuando bebió el agua de color dorado se recuperó y descubrió el agradable gusto del té y sus propiedades terapéuticas.

El té se populariza

No obstante, fue a partir de la dinastía Tang cuando la costumbre del té se popularizó en China. En el s.VIII el monje budista Lu Yu, escribió El Libro Sagrado del Té, donde explicaba cómo la infusión formaba parte transcendental de la armonía del universo.

Lo cierto es que en el zen, como en el té, y como en la vida, no importa tanto el destino sino el “camino”.

El Cha Dao, el camino del té, participa de la idea de la Armonía, la Tranquilidad, la Veracidad y el Respeto. La belleza de la preparación del té, nos permiten participar de esa filosofía. Por eso son tan importantes los objetos. Cada tipo de té requiere unos objetos determinados, elegidos por su tamaño, su forma, su belleza. El Cha Dao es un arte, el arte del té, aunque hay unos pasos determinados para servir el té y para elegir los objetos, cada persona hace su propio ritual. En China estos pasos para preparar y servir el té, se aprendían en el seno de la familia, ahora las cosas han cambiado y hay escuelas que lo enseñan; eso sí, se tiene que ser aceptado previamente por el maestro.

Familiarizándose con el té

Hoy en día, si viajamos a China por trabajo o por placer, seguro que en más de una ocasión nos ofrecerán una taza de té. Ambròs me contaba que cuando viajaba por China a principios de los 2000, esta era una de las costumbres que más le agradaban. Llegar allí, sentir el frío húmedo que hace en aquellas tierras y que alguien te ponga en las manos un vaso caliente, aunque sea de plástico y esté combado debido a la temperatura, es uno de los gestos más cálidos que puedes experimentar.

Desde los ojos de un occidental, sorprende también la variedad y el gusto de los distintos tipos de té. Según el grado de oxidación, el proceso, la planta…, podemos establecer las siguientes variedades de té: té verde, té blanco, té amarillo, té oolong, té de jazmín – aromatizados tradicionales, té puerh y té negro, llamado té rojo en China (Hong cha).

El tipo de té que bebamos combina con una tetera determinada, más grande o más pequeña, puede ser de barro rojo que conserva muy bien el calor, o bien de cristal para poder apreciar el cambio de color y la hojas.

Otro de los ingredientes fundamentales es el agua, en la antigua China se consideraba que el agua de montaña era la de mejor calidad, seguido del agua de río, lago… siendo la de peor calidad el agua de pozo. Hoy en día, se considera que la mejor agua es la del “deu”, aún que si no queda más remedio, se puede utilizar agua mineral.

Jing Jing podría explicarnos muchas más cosas en este sentido, puesto que ella es sumiller de té. Y seguro que nosotros no nos cansaríamos fácilmente de escucharla porque junto con el té, bebemos y saboreamos otra cultura y otra forma de vida que tiene mucho que aportarnos.

El encuentro

Cuando Ambròs conoció a Jing Jing en el aeropuerto de Shanghai el 2003 ya tenía despierta la curiosidad por China y por el té. Él había viajado a menudo a aquel país y la empresa en la que trabajaba tenía numerosos contactos en oriente. Fue, de hecho, una traductora de chino-español y español-chino que trabajaba para ellos quién le presentó a Jing Jing, una estudiante que viajaba entonces a Europa para realizar un postgrado.

Como amigos del té, unos años después surgió la idea de crear Tetere, una empresa que nació con la idea de difundir y hacernos partícipes de la riqueza que conlleva la cultura del té en China. Gracias a su apuesta y a su trabajo, podemos degustar y disfrutar de una auténtica taza de té, como sabemos, placer de emperadores al alcance de la mano. (Escrito realizada por Helena Cuesta)

La historia de Ambròs:

Aún recuerdo perfectamente la primera vez que pisé el país del centro, el 28 de febrero del año 2000. Año en que llegaba el fin del mundo, pero para mi este año me abrió las puertas de mi futuro.

Recuerdo la llegada, en el primer viaje, al aeropuerto de PUDONG como si fuera hoy. Nos estaban esperando para acompañarnos al destino final de nuestro viaje. El aeropuerto de Shanghai, acabado de inaugurar, impresionante, tanto por sus dimensiones como por su arquitectura.

Recuerdos de China…

La primera ciudad que vi en China fue Shanghai, ciudad inmensa y espectacular. Desde el aeropuerto al hotel recuerdo que el trayecto era larguísimo. Entonces yo viajaba por trabajo, para la empresa que me contrató, una multinacional catalana. Mi función era ayudar en el diseño y desarrollo de producto en la empresa China del grupo. Mi puesto era de coordinador de proyectos a nivel de desarrollo. El producto desarrollado era principalmente para el mercado Chino. Debido a la necesidad del mercado, primero nos quedábamos unos días en Shanghai para visitar las oficinas de ventas y mkt y unos días después tomábamos el camino hacía la fábrica y departamentos técnicos. Ubicados a unas 4-6 horas en coche desde la gran ciudad. Actualmente con los avances de las carreteras y vehículos en un par de horas es suficiente.

Recuerdo que en el año 2000 en Shanghai sólo había taxis, si todo eran taxis, y los coches particulares eran escasos. Ahora parece imposible, pero era así. Los taxis todos de la marca Wolkswagen, modelo obsoleto del que habían llevado los útiles, las matrices y moldes de Alemania hacia la China para su fabricación y así rentabilizar aún más la inversión. Pocos años después limitaron la entrada de maquinaria de segunda mano (importación).

Fue en este primer viaje cuando empecé a introducirme en la cultura del té…

La historia de JingJing:

Después de estudiar dos años en la universidad, estaba preparada para marcharme a Toronto para terminar mi último curso, con un proyecto de colaboración entre la Universidad de Shanghai y la Seneca College Toronto.

Una noche, mirando la televisión en casa, daba vueltas a la idea de irme pronto a Canadá, aunque también me gustaba la idea de marcharme a otro sitio. Al cabo de unos días,después de investigar un poco, pensé que me gustaría ir a España. Así fue y contacté con una agencia que organizaba todos los preparativos para las personas que querían viajar a estudiar a España. Tenía dos opciones, la UAB de Barcelona o la Carlos III de Madrid, pero finalmente decidí ir a Barcelona. Fue una decisión fácil porque aunque no conocía nada de España, tenía la sensación de que debía ir a Barcelona.

En mi grupo aparte de los chicos habían tres chicas que no nos conocíamos y la profesora. Nuestro lugar de encuentro era el aeropuerto de Shanghai. Mientras estábamos haciendo cola para registrar los billetes de avión, la profesora se encontró a un conocido suyo, que resultó ser el mismo chico que al cabo de poco después sería mi marido. Se conocían con la profesora porque ésta, además de llevar grupos de estudiantes a España, hacía de traductora en la empresa donde trabajaba Ambròs …

Ya en Barcelona…

El programa de estudios consistía en un año de inmersión del castellano en la UAB centro de idiomas (al lado del Hospital St. Pau). Del año de aprendizaje del español, los primeros tres meses se realizaban en la UAB Barcelona, el cuarto mes en Granada, el quinto mes en Salamanca, el sexto mes en Sevilla y los meses restantes otra vez en la UAB de Barcelona. Al día siguiente de nuestra llegada ya empezamos a estudiar todo el día.

Después del primer mes de adaptación, la profesora empezó a organizar actividades de intercambio y Ambròs se apuntó al grupo. Después de varias veces de salir en grupo, Ambròs me dijo un día «quiero aprender más chino, ¿me puedes enseñar?», y así empezamos a salir solos con la intención de intercambiar. Yo llevaba un libro chino que no abrimos ni una sola vez pues charlábamos sin parar ja ja … Entonces empezamos a salir como pareja en «secreto».

Tres meses pasaron volando y llegó el día en que tuve que marchar a Granada. Recuerdo que Ambròs me llevó en coche a la estación de tren. Con cara triste, para despedirme con un poco de broma, le dije «durante estos tres meses que no estaré a tu lado, tendrás que cuidarte mucho y comer más naranjas, así podrás tener más vitamina C».

Durante los tres meses que estuve fuera, le enviaba una postal desde todos los lugares donde estaba … Toledo, Málaga, Ávila, Córdoba, … De hecho puedo decir que conozco más lugares de España que algunos españoles. Ambròs me llamaba cada dos días.

Después de finalizar el curso, el año siguiente escogí la UAB otra vez para realizar el master de Gestión de Eventos y poder volver a Shanghai.

La idea de negocio

Sin embargo, nuestra relación iba avanzando rápidamente; empezamos a alquilar un piso juntos; salimos a visitar diferentes lugares de Cataluña; hablábamos de nuestros sueños… Puedo deciros que nuestra empresa empezó así por un sueño en común (amigos del té). En 2005 abrimos nuestra empresa con el punto de venta Tetere, tienda especializada en té Chino y té Japonés, con importación propia. En 2008 nos casamos. Siempre os digo a algunos que habéis sido testigos de nuestra relación, lo cual me parece muy entrañable. Y lo que pasó después lo podéis ver en el programa Karakia … ya no explico más …

Quiero confesaros que vivir con una pareja extranjera es muy bonito pero no es nada fácil. En mi caso no tengo nadie de mi familia aquí y soy hija única y la nieta mayor. Durante todos estos años no he dicho nunca a mis padres las dificultades por las que he pasado porque no se preocuparan. He hecho muchísimos amigos pero también he encontrado mucha gente que no tenían respecto por los extranjeros. Supongo que algunos podéis tener la misma sensación que yo. Pero en fin, dicen que las dificultades ayudan a crecer …

Algo sobre nuestro currículo

jingjing yuan

JINGJING YUAN
Bebedora de té

Desde pequeña he sido una niña con las ideas diferentes y con ganas de vivir aventuras. Para ser una china, estoy super orgullosa! Por estas razones, una vez en Barcelona, aparte de decidir ir a vivir fuera de China, decidí crear la empresa de té con mi pareja. Un camino de rosas con un poco de pinchos, … pero siempre con un objetivo muy claro.

La concentración, cuando preparo un té para mis clientes es lo mínimo que me pido a mi misma. Ya que cada té es una experiencia, quiero que mis clientes disfruten lo máximo en la tetería… Evidentemente yo también disfruto, y mucho, de cada preparación.

Mis padres me pusieron el nombre de “JingJing Yuan”. “JingJing” significa el crecimiento de las planta durante verano y “Yuan”, el apellido, significa “jardín del emperador”. Es coincidencia el significado de mi nombre con lo que me estoy ganando la vida ahora?!

Un poco de la cronología de JingJing Yuan:

1999 a 2002- Estudio Comercio internacional en la Universidad de Shanghai, conjuntamente con el proyecto de continuar la carrera en Toronto (Canadà). Pero en 2003, tres meses antes de marcharme, mi vida hace un giro de 180 grados, abandonando la idea de Toronto para tomar la decisión de venir a Barcelona a realizar un posgrado en la UAB y también para aprender el idioma del país.

2004 a 2005- Curso el posgrado de Gestión de Eventos en la UAB

2005- “Me gusta enseñar y explicar la cultura de mi tierra y por eso me interesa que la gente de Cataluña y España puedan conocer más aspectos de la cultura China y sobretodo del té” con esta idea y juntamente con Ambròs Genís empiezo el negocio del té. De esta forma nace la empresa tetere.

2006- Montamos la tienda online “shop.tetere.com”

2010- Ampliamos la empresa con la apertura de la tercera ventana al público, el local para la degustación del té. Espacio para que todo los amantes del té puedan disfrutar de esta milenaria bebida según costumbres orientales. Soy Sumiller de Té “Certificación de la  universidat de Zhejiang y Certificación de Técnica Sumiller de Té otorgada por el gobierno Chino”, también soy miembro de la China Tea Science Society. Entre otras actividades me encanta manejarme en el interesante mundo de las redes sociales. Como os podéis imaginar, soy la cummunity manager de tetere.

2016- lanzamiento nueva tienda de té online

Un poquito más de Jing Jing Yuan:

Demasiados hobbies me ocupan el resto del tiempo libre:

– cuidar mis plantas, me encanta estar sentada en mi casa y contemplar las flores que colman el balconcillo.

– Cuando cocino necesito toda la tranquilidad del mundo, organización y buena energía, aunque sea un plato que se prepare con rapidez.

– creo en la energía, siempre cambio mis estanterías para traer buena energía. Incluso a veces con tantos cambios ni me recuerdo de donde guardo las cosas…

– una foto antigua de familia

Me encanta las fotos antiguas y la historia. Después de un viaje que hizo mi madre a Beijing consiguió esta foto antigua de la familia. (Esta gente eran familia por parte de mi abuela)

amigos del té

Es una foto de boda. La señora de la foto fue la madre de la mujer del hermano de mi abuela juntamente con su marido. En aquella época no era muy habitual una boda de esas características. Llevaban ¨Chang Shan¨ el vestido tradicional (de invierno). Según la foto se casaron cuando eran muy jóvenes, muy habitual en tiempos pasados…
Si de verdad existiera Doraemon, cada vez que veo la foto, me gustaría pedirle que me transportara, aunque fuera un sólo minuto,  hacia aquel momento para ver como era la boda!

ambròs genis

Ambròs Genís
Bebedor de té

Ingeniero de profesión, descubrí el té durante mis viajes profesionales a China y me cautivó. Desde febrero del año 2000 que lo bebo día tras día, lo que aún me hace despertar más su interés por descubrir lo que esconde…

En 2005, con Jing Jing, abrimos  la tienda tetere en Barcelona, apostando por el té puro y su forma de tomarlo y prepararlo como en origen. Filosofía que mantenemos y mantendremos porque es lo que nos gusta y en lo que creemos!

Mi experiencia en la cultura China me ha ayudado mucho a poder conectar con la gente del país y así poder compartir experiencias directas en el campo profesional actual. Por ejemplo en la recolección de té, el procesado del té,… Todo esto favoreciendo un buen conocimiento en este pequeño nicho de mercado.

Si decides venir a vernos o visitarnos te asesoraremos en base a toda nuestra experiencia y conocimiento. Es posible que a veces no sepamos la respuesta o no tengamos lo que buscas, pero la respuesta la buscaremos para ti y lo que buscas si no lo tenemos te intentaremos guiar donde encontrarlo. Lo que nos importa es transmitir y divulgar la cultura del té y sobretodo que tu disfrutes de esta fantástica bebida.

un poco de la cronología de Ambròs Genís:

1988- Después del instituto en Figueres entro en la Universitat de Girona, donde curso los estudios en Ingeniería del Diseño Industrial y Desarrollo de Producto.

1993 a 2005- Trabajó en una empresa multinacional catalana, responsable de diseño, donde realizó asiduos viajes a China como coordinador de desarrollo de proyectos entre estos países (según el pasaporte hay más de 30 visados de entrada). Durante uno de los retornos a casa en 2003, en el aeropuerto de Shanghai, tengo la suerte de conocer a JingJing.

2005- Después de poco más de un año de trabajar en el proyecto abrimos la tienda “tetere” en septiembre-octubre de 2005.

2006- Montamos la tienda online “shop.tetere.com”

2010- Ampliamos la empresa con la apertura de la tercera ventana al público, el local para la degustación del té. Espacio para que todo los amantes del té puedan disfrutar de esta milenaria bebida según costumbres orientales.

2016- lanzamiento nueva página web de venta online

Una poquito más de Ambròs Genís:

Aunque el té es mi gran dedicación y me ocupa infinidad de horas también me encanta alguna que otra cosa…;

– Pintaría todo el día, podría incluso no dormir para dar vueltas y vueltas a los pinceles

– Con la cerámica, igual que la pintura, desconecto completamente. Como un niño!

– … y con el ajedrez intento siempre tener un juego abierto y agresivo, supongo que para compensar la tranquilidad tetera, es decir… como el yin y el yang!!

SI NO ESTAMOS EN CASA, NOS ENCONTRARÉIS EN TETERE,

Y SI NO, ESTAMOS DE CAMINO HACIA ALLÍ …

NOS VEMOS PRONTO !