Hemos pasado tres días en Beijing, con un poco de cansancio y con un poco de jet lag. Con el tren súper rápido, desde Beijing a Shanghai (nuestra siguiente parada), ahora solo necesitamos cinco horas. Como estaba un poco impaciente, solo llegar a la estación de Shanghai, he ido a hacer cola para comprar dos billetes de tren a Guizhou, lugar que me gusta mucho y también para ir a cumplir nuestro plan de trabajo de este año: a fabricar té! La salida es para mañana…
Mis padres no paraban de preparar cosas de comida para llenar la maleta, por otro lado, cuando ellos se despistaban yo las iba quitando. Guizhou para la gente que vive en Shanghai es un lugar bastante lejos, además viajando en tren, se necesitan 24 horas. Mis padres han querido prepararnos toda la comida para que podamos pasarlo bien en el tren.
Por la tarde, abrí mi libreta donde apunté el teléfono del contacto de Guizhou, que tenía que llamar para decirle la hora de llegada del tren. En seguida el señor ya estaba respondiendo por el otro lado, pero no entendí ni una palabra, mejor dicho casi ni una, sólo ¨ni hao¨ (hola)… en este momento hubo un silencio eterno, ya que no sabía que tenia que decirle y tuve la gran idea de enviarle un mensaje. Aunque hablamos diferentes dialectos, la escritura es la misma. Así que con los mensajes me quedé tranquila.
Después de la cena, tranquilamente, con la maleta y varias cajas de comida, incluso una caja de fresas y un par de mangos de Taiwan buenísimos, cogimos el autobús dirección a la estación de tren. Una estación grande, limpia y ordenada. En aquel momento había poca gente, y solo tuvimos que esperar un ratito para subir al tren. Todo controlado, dejé las maletas bien puestas al lado de las literas e inmediatamente abrimos una caja de comida: huevos de té cocinados por mi padre, bueníiiisimos… Yo soy una persona de dormir, pero Ambròs aún quería apuntar unas líneas en su libreta. Su cama estaba debajo de la mía. Había un poco de ruido, principal fuente una chica, que tenía la cama encima de la mía, y que coincidió con un chico que justo estaba cargando su móvil al lado de nuestro asiento, ellos empezaron a charlar y me interrumpieron un poco el sueño. Aunque oía su conversación, al final me quedé dormida con el movimiento de tren.