¿Estás preparado para preparar un té ?
La persona
La persona, quien va a preparar el té necesita “respeto”. No es sólo respetar el té que va a hacer, sino también respetarse a ella (el) misma(o) y a los otros.
El corazón
Aquí decimos “el corazón” porqué queremos hacer hincapié en la “tranquilidad”. Cuando se prepara el té es necesario olvidar la tristeza, las preocupaciones,… De esta forma estás preparando un “buen corazón” para preparar un “buen té”.
La conexión
La conexión del té con el corazón y del corazón con el té. Tu corazón ya es amigo del té, llegarás ¨茶心一味¨.
La conexión del agua con el corazón y del corazón con el agua. Cuando el corazón está conectado con el agua, el agua es más brillante. Respeta el agua.
La conexión de los complementos, decoraciones, ambiente con el corazón y del corazón con los complementos, decoraciones y ambiente.
La conexión con tus invitados, los bebedores de té, se debe hacer con mucho respeto. Comunícate con tus invitados utilizando el corazón.
Beber el té con el corazón
Siempre hay gente que nos pregunta sobre los beneficios del té. Nuestro consejo es “Bebe el té con tu corazón”, con tranquilidad, deja las preocupaciones, los nervios, las cosas molestas, respeta,… usa tu corazón de verdad.
Antes de beber tu té, con tranquilidad MIRA el color del té, disfruta con los colores de cada té; HUELE el olor del té, usa tu nariz para sentir el olor original del té, un toque de orquídea o un punto de casia, imagina las plantaciones; BEBE poco a poco, deja que el líquido dentro de tu boca dé vueltas, pasa el líquido entre tus dientes, tu lengua, tu garganta, hasta mojar todos los rincones de tu boca.

Haz una prueba y seguro que encontrarás la diferencia. Al final esto es lo que queremos transmitir a todos los amantes del té: DISFRUTA DEL TÉ, PREPARADO CON EL CORAZÓN!
«No es el hombre quien bebe del té, sino el té quien bebe al hombre: (El espíritu del té empieza a actuar desde el primer sorbo. Ligeras presiones internas, acupunturas invisibles, oportunos activadores de los órganos sensoriales, silencios coloreados y ondas de excitación que van desde el ojo interior hasta el «coccix resurrectus» recorriendo las desentumecidas vértebras. Aparecen entonces numerosas ventanas abiertas a la vida mientras las palabras vuelven a su origen en remotos puntos del espacio infinito)»
Gilles Brochard